- Dolor muscular y articular que no desaparece después del descanso habitual.
- Aumento de las lesiones.
- Aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial en reposo.
- Aumento de enfermedades por inmunodepresión del organismo (disminución del número de linfocitos y gammaglobulinas).
- Pérdida de peso o de masa muscular.
- Sensación de agotamiento y cansancio permanente.
- Insomnio.
- Irritabilidad, agresividad.
- Falta de concentración o de atención.
- En mujeres, alteración del ciclo menstrual.
El orden expuesto es indiferente, pero si padeces dos o tres de alguno de los sintomas existe la posibilidad de que estés sobreentrenado. Si lo estás lo que debes hacer es tomarte un descanso. Relajarse física y mentalmente, beber mucha agua, realizar estiramientos y no ejecutar ninguna actividad intensa por lo menos hasta que el sueño y el ritmo cardíaco se hayan normalizado. Continuar esforzándose en este estado resulta muy contraproducente y aumenta el tiempo de recuperación. Por eso es mejor quedarse corto (siempre hay margen para seguir mejorando) que pasarse, porque cuesta más tiempo y esfuerzo recuperar la forma.
Revista Sport Life núm. 80. Diciembre 2005
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